sisè / segona

Soy Víctor Rodríguez, programador web freelance con más de 10 años de experiencia

Catalunya independent

Recogiendo el guante lanzado por David Bonilla en su conferencia “Políticamente incorrecto” hoy quiero hablar sobre el proceso que vive Catalunya. Ya digo por adelantado que mi posición es a favor de la independencia. Pero voy a intentar, espero que con mayor acierto que error, explicar mi postura.

«Espanya ens roba»

Que España robe a Catalunya no es cierto, lo que pasa es que tiene el mando de la tele y es quien dirige lo que se ve en casa.

La queja desde Catalunya es el conocido déficit fiscal, uno de los más grandes de las regiones de Europa. Se comenta que lo común es que este déficit es entorno al 4 o 5% del PIB de las regiones ricas de Europa, mientras que en Catalunya pasa del 8,5%, el doble o casi. Esto, calculado, hace que se generen unos 16000 millones de euros al año en Catalunya que no vuelven. En una época de recortes (4000 millones el año pasado) y crisis como la actual es una carga enorme para la sociedad catalana.

Catalonia is not Spain

Aquí entra el sentimiento de ser un pueblo o nación diferente. Dentro de todas las similitudes en cuanto a carácter y cultura existen unos rasgos diferenciados. La lengua es el más claro de ellos. Pero sobretodo el sentimiento popular de que históricamente hablando hemos tenido nuestra vida separada al resto de lo que actualmente es el estado español. Yo no soy historiador, soy informático de profesión, por lo que me disculpo si doy algún dato erróneo.

Este tema se ha magnificado con la celebración del tricentenario de la rendición de la ciudad de Barcelona el 11 de Septiembre de 1714 ante las tropas borbónicas durante la Guerra de sucesión. Catalunya apoya a Carlos III como aspirante al trono español en lugar de Felipe V, porque este es respetuoso con las leyes y constituciones catalanas. Felipe V, en cambio, es partidario de centralizar el poder y obviar lo que podríamos decir son las estructuras de estado que entonces tenía Catalunya.

Solo un apunte más sobre este tema. Aunque Catalunya formaba parte del Reino de Aragón, les Constitucions de Catalunya, derogadas por Felipe V el 1714, datan del año 1283, por lo que sí se puede entender como un pueblo con identidad propia y al margen tanto de Aragón y claramente anterior al pueblo español.

La centralización masiva del gobierno de España

Esto viene un poco a colación del déficit fiscal, más que el sentimiento identitario. En los últimos años se han centralizado competencias que el Estatut de Catalunya contempla. El caso más claro y que más revuelo ha causado en Catalunya es la conocida ley Wert y su frase “hay que españolizar a los niños catalanes”. Esto levantó muchas ampollas y es una maquina de independentistas impagable.

Aquí también tengo que comentar la humillación continua desde que el Estatut de Catalunya de 2006 se aprobó y se “cepilló” (sic) por el gobierno central. Las constantes acciones ante el Tribunal constitucional ante cualquier ley promovida desde Catalunya. Y al continuo muro que es el gobierno central con un “NO!” por respuesta a cualquier petición catalana.

Por un futuro mejor

Todos nos preguntamos qué queremos dejar a nuestros hijos para su futuro. Y creo que todos coincidimos en que tengan un futuro mejor al nuestro. Un lugar donde vivir sin pobreza, sin miedo a no encontrar trabajo, sin corrupción… Son solo algunos de los ejemplos que me vienen a la cabeza.

Sinceramente, veo la independencia como un reinicio. Si el sistema no funciona, apagar y volver a encender suele funcionar. Un nuevo estado permitiría la posibilidad de crear algo casi desde cero. Dotarlo de aquello que nos guste del estado en el que vivimos y eliminar más fácilmente aquello que no. Y aquí pienso en la corrupción que hay a todos los niveles, tanto en Catalunya como en España, en la separación real de poderes (legislativo, judicial y económico) y en mejoras sociales. Luego, el resultado ya se verá, pero la posibilidad de mejora existe y es grande.

La pela es la pela

Desde la política española, aquí incluyo no solo al gobierno, se ha querido lanzar siempre el mensaje del miedo. “No habrá dinero para pagar las pensiones”, “Catalunya se quedará fuera de Europa”, y demás frases que simplemente me parecen poco creíbles, por decirlo suave.

Que las pensiones se podrán pagar no hay que dudarlo, se pagan con los impuestos de los trabajadores en activo, no con un dinero ahorrado por el estado. Que nos quedaremos fuera de Europa, puede pasar. Pero que una región de 7 millones de habitantes se quede fuera de un día para otro eso hay que verlo si le interesa a Europa en realidad. Hay multinacionales europeas en Catalunya. Hay un déficit que hay que compartir entre Catalunya y España (la deuda internacional es española, sin una negociación Catalunya no tendría que pagar un solo Euro). Catalunya es una región que sería aportadora neta de dinero a las arcas europeas… Hay suficientes argumentos como para pensar que la expulsión no será todo lo automático y rápido que dicen ser.

Eleccions plebiscitàries

Lo que se avecina, o se intuye que llegará más pronto que tarde, son unas elecciones plebiscitarias. Después del 9N, con más de 2,25 millones de personas votando lo que podríamos calificar de “encuesta” (quedó el tema tan diluido que hasta consulta me parece mucho), parece claro que la sociedad catalana pide las plebiscitarias para buscar el camino a la independencia. Para eso tiene que pasar primero que CIU i ERC, o Mas y Junqueras, se pongan de acuerdo. Algo que parece hoy un poco difícil, ambos enrocados en si lista unitaria o separadas es lo mejor para hacer conseguir el mejor resultado y hacer ver a la opinión internacional qué es lo que quiere el pueblo. Yo deseo que se pongan de acuerdo lo antes posible, y así podamos votar cuanto antes. Y es que, una posible negociación con el gobierno central para contentar a Catalunya, se ve nada creíble y que llegaría demasiado tarde. Aquí ya no se quiere negociar nada más con Madrid, se quiere la independencia de una vez.